Los dueños de Harry le hicieron una ventanilla en la valla para que pudiera ver a través de ella como siempre quiso. No esperó más para estrenarla el día que quedó lista, y con solo ver su sonrisa entendieron que le gustó mucho.
La felicidad se consigue a menudo con las cosas más sencillas de la vida, esos detalles que muchas veces ignoramos o no apreciamos lo suficiente, dan alegría de sobra a algunas personas y animales.
Harry es un perrito que tiene todo lo que un peludo quisiera, una casa donde vivir, un dueño que lo ama, y un patio donde jugar y ser libre. Si bien él valora estos elementos, había algo que faltaba para completar su alegría.
El patio trasero de la casa de Harry tiene espacio de sobra para que él pueda correr, descansar y jugar, pero la cerca que lo limitaba le impedía ver el paisaje que había detrás debido a que las tablas estaban tan juntas que mirar entre ellos era todo un desafío.
Hasta que una tormenta la derribó y su familia colocó una nueva. Fue cuando su dueño, Alex Mcleish, descubrió su deseo de ver más allá de ella. “Cuando mi papá reconstruyó la cerca, habían algunos espacios. ¡Ahí fue cuando atrapé a Harry mirando por los huecos!”, contó a The Dodo.
Entonces a Alex se le ocurrió la brillante idea de hacer un agujero que estuviera a la altura de Harry para que pudiera ver lo que quería. Una pequeña ventana que ha cambiado su vida.
“Se lo sugerí a mi papá de broma después de que sorprendí a Harry pasando una buena cantidad de tiempo mirando por los huecos. ¡Me desperté un domingo por la mañana y mi papá se la estaba preparando!”, detalló Alex al medio. Apenas quedó lista, Harry no esperó más para estrenarla.
El perrito no pudo ocultar su felicidad de poder observar más allá de la cerca. La sonrisa de su rostro lo decía todo y parecía estar agradecido por el sencillo invento.
“Harry sabía que era para él. Observó a mi papá cuando lo estaba haciendo como si estuviera esperando que terminara”, comentó el dueño a The Dodo.
Desde entonces pasa mucho tiempo pegado a su ventana para ver a la gente y demás perritos pasar, o lo que sea que aparezca mientras mueve su cola de la felicidad que siente. “Se sienta allí durante horas y solo entra cuando lo llamamos”, dijo Alex al medio.
